Las enfermedades no transmisibles (ENT) son las enfermedades más prevalentes y mortales del mundo. Representan una pandemia por derecho propio, pero cuando se mezclan con un brote de enfermedad infecciosa como la COVID-19, el resultado es devastador. En un informe resumen de políticas recientemente publicado, la Alianza de ENT demuestra que la inversión en ENT ya no debe ser una idea improvisada después de las enfermedades infecciosas ni descuidarse dentro de los servicios de salud. En cambio, se debe priorizar con urgencia la inversión en la prevención y atención de las ENT, como parte de la prestación de una cobertura sanitaria universal (CSU) y para la preparación ante futuras pandemias.

El resumen de políticas Invertir para proteger: la financiación de las ENT como base para sociedades y economías saludables sostiene que los gobiernos y la comunidad mundial de la salud deben realizar cambios sustanciales para lograr un enfoque más específico y estratégico de la inversión en la respuesta a las ENT que generará dividendos a largo plazo. Proporciona una hoja de ruta para movilizar el financiamiento de las ENT para el 2023, y describe acciones específicas que pueden tomar los gobiernos de los países de bajos y altos ingresos, las agencias de financiación y las organizaciones filantrópicas, el sector privado (siempre que no presenten conflicto de intereses con la salud de la población) y la sociedad civil.

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Invest to protect policy brief
“Este informe refuerza lo que la pandemia de COVID-19 ya nos ha enseñado”, dijo la directora ejecutiva de la Alianza de ENT, Katie Dain: “Y esto es: no invertir en salud es no invertir en la seguridad de un país”.
También demuestra que el mundo aún puede alcanzar de manera factible la meta 3.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para reducir la mortalidad prematura por ENT en un tercio para el año 2030 si se moviliza la inversión necesaria para implementar paquetes personalizados de intervenciones de ENT en cada país. Con una inversión mundial de 18 000 millones de dólares estadounidenses al año, se pueden salvar 39 millones de vidas para el 2030. Esta inversión se amortizaría muchas veces en los países de ingresos bajos y medianos, con un rendimiento previsto de 19 dólares estadounidenses por cada dólar gastado, lo que equivale a un beneficio global de 2,7 billones de dólares en el 2030.
 
El fracaso prolongado de los gobiernos y la comunidad mundial de la salud para movilizar fondos adecuados para la prevención y la atención de las ENT ha aumentado el costo humano y económico de la pandemia, y sigue siendo la principal barrera en todo el mundo para mejorar los resultados de salud y garantizar la resiliencia y sostenibilidad del sistema de salud.
“Ha sido un trago amargo, pero esto hacia adelante debe servir como una lección aprendida, una llamada de atención para todos los gobiernos: mantener a sus ciudadanas y ciudadanos libres de ENT prevenibles no se trata sólo de una opción para invertir en salud, es una inversión para la estabilidad económica, la seguridad y el equivalente a la preparación para una pandemia en el futuro de un país”, dijo Dain.
El informe está destinado principalmente a las y los activistas de la salud y el desarrollo, para que ayude a fortalecer el compromiso de las y los tomadores de decisiones financieras e inversores. También será una herramienta útil para la sociedad civil de las ENT en el período previo al Segundo Diálogo Mundial de Financiamiento de ENT que tendrá lugar en el 2023, y las próximas Reuniones de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU sobre Cobertura Sanitaria Universal  en 2023 y ENT en 2025.