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Con 1,300 millones de fumadores en todo el mundo, el tabaco mata a más de 8 millones de personas cada año, principalmente a causa de enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades respiratorias crónicas. Más de 7 millones de esas muertes son el resultado directo del consumo de tabaco, mientras que alrededor de 1,2 millones son resultado de personas no fumadoras expuestas al humo de segunda mano. Esto significa que alrededor del 15% de todas las muertes a nivel mundial son causadas por el tabaco, un factor de riesgo prevenible.

Los gobiernos deben proteger a las personas del tabaco y de las agresivas estrategias de comercialización utilizadas por la industria tabacalera. Según el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) de la OMS, la herramienta más eficaz para reducir el consumo de tabaco es gravar los productos de tabaco. Por cada aumento del 10% en el costo del tabaco, hay una disminución en el consumo de entre el 4% y el 8%.

Sin embargo, la implementación de la política de control del tabaco es difícil: en 2021, solo 38 de las 181 partes del CMCT habían establecido un impuesto en el umbral mínimo del 75% propuesto por la OMS. La principal barrera es la poderosa oposición que enfrentan los gobiernos por parte de la industria tabacalera, que se aprovecha del desconocimiento que hay entre las y los responsables políticos y la falta de datos sobre los beneficios del control del tabaco, proveyéndoles de información errónea que es financiada por la propia industria.

 

El conocimiento es poder: hacer retroceder a la industria tabacalera

La Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), con el apoyo de Cancer Research UK (CRUK), trabaja para llenar este vacío de información, apoyando a los gobiernos de los países de ingresos bajos y medios (PIBM) para generar datos y comprender el impacto positivo que los impuestos al tabaco tendrán en la salud de las y los ciudadanos, las economías nacionales y la sociedad en general. Designado el Centro de Conocimiento del CMCT de la OMS sobre Impuestos al Tabaco, la UCT tiene como objetivo garantizar que los gobiernos puedan confiar en los cambios positivos que realizan a sus políticas y resistir las tácticas de la industria tabacalera.

Por ejemplo, la industria tabacalera comúnmente utiliza la táctica de meter miedo para desalentar a las y los políticos de implementar impuestos más altos al tabaco, alegando que esto conduciría a un aumento del comercio ilícito que a su vez socavaría el efecto del impuesto al tabaco en la salud pública y generaría pérdidas en los ingresos del impuesto al tabaco. Apoyan este argumento con sobreestimaciones del tamaño del mercado ilícito de cigarrillos.

A través de una extensa investigación del Centro de Conocimiento del CMCT, la UCT demostró que en cuatro países -Gambia, Georgia, Mongolia y Sudáfrica- las estimaciones del crecimiento del mercado ilícito del tabaco después de la implementación del impuesto al tabaco están severamente infladas, y que el aumento, en realidad, es bajo y a menudo insignificante. Por ejemplo, en Mongolia, la proporción de cigarrillos ilegales disminuyó a pesar de que el gobierno aumentó los impuestos sobre la importación y agregó impuestos especiales sobre el tabaco. Los estudios mostraron además que son otros los factores que influyen más fuertemente en el mercado ilícito del tabaco.

Más recientemente, CRUK ha estado apoyando el trabajo del Centro de Conocimiento del CMCT, que está diseñado para ayudar a las y los responsables políticos y funcionarios gubernamentales, partes del CMCT, a implementar la tributación del tabaco. Esto incluye talleres integrales sobre los impuestos al tabaco, sobre la economía del control del tabaco y la modelización del impuesto al tabaco. Este trabajo es crucial para controlar el consumo de tabaco y a la industria tabacalera.

 

Un llamado a la acción: Aumentar los ingresos, mejorar la salud

El costo humano y económico del tabaco no podría ser más claro: en 2021, el tabaco causó un estimado de $1.4 billones en costos de atención médica, pérdida de productividad, daños por incendios, daños ambientales por basura de cigarrillos y prácticas agrícolas destructivas. Estos efectos se están sintiendo más en los países de ingresos bajos y medios que son el objetivo de la industria tabacalera para cultivar tabaco y establecer nuevos mercados. Esto significa que el tabaco desempeña un papel importante en la perpetuación de la pobreza y la ampliación de las desigualdades socioeconómicas y de salud.

El financiamiento necesario para implementar las medidas de control del tabaco del CMCT se estima en $27.4 mil millones, esta cifra se ve empequeñecida por los costos del daño que causa el tabaco. Es crucial que estos ingresos se inviertan para prevenir el consumo de tabaco, gestionar las consecuencias de la carga del tabaco y garantizar que los sistemas de salud estén equipados para tratar las ENT que está causando el consumo de tabaco.

La introducción del impuesto sobre el tabaco también genera ingresos que pueden destinarse a la inversión en los sistemas de salud, lo que ayuda a aliviar parte de la carga causada por las enfermedades atribuibles al tabaco. Entre 2016 y 2018, Colombia triplicó sus tasas impositivas al tabaco, lo que resultó en una caída en el consumo de cigarrillos del 34% y una duplicación de los fondos destinados a la cobertura universal de salud. En 2018, los impuestos sobre el consumo específico de cigarrillos generaron $162 mil millones en los PIBM.

Entre 2007 y 2014, la implementación efectiva del CMCT llevó a que se evitaran aproximadamente 22 millones de muertes prematuras y atribuibles al tabaquismo en todo el mundo. En esta Semana Mundial de las ENT, hacemos un llamamiento a los gobiernos para que inviertan más y se comprometan seriamente a implementar el CMCT, especialmente el Artículo 6, que exige una política fiscal efectiva sobre el tabaco. Esto reducirá el consumo de tabaco y generará ingresos que pueden fortalecer los sistemas de salud. Al hacerlo, miles de millones de personas estarán protegidas de los impactos devastadores del tabaco, se reducirá la carga de las ENT y las sociedades se beneficiarán de los ingresos invertidos en sistemas de salud resilientes.

 

Autores

Zunda Chisha es Director interino del Programa del Centro de Conocimientos del CMCT de la OMS sobre la Tributación del Tabaco. También es oficial de investigación en la Unidad de Investigación sobre la Economía de los Productos Sujetos a Impuestos Especiales (REEP), donde ha participado en varios proyectos de investigación y ha publicado investigaciones sobre el comercio ilícito y los impuestos en Gambia, la desigualdad de ingresos relacionada con el tabaquismo en Namibia y la sustitución de productos de tabaco en Zambia, entre otros.

Beth Turner es asesora de políticas en Cancer Research UK, especializada en el control mundial del tabaco. Profesional con experiencia en salud mundial y desarrollo internacional, trabaja con socios de investigación y organizaciones de la sociedad civil para incidir por aumentos en los impuestos al tabaco y apoyar la implementación del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS en todo el mundo.