Hoy por lo menos 73 países han adoptado ese tipo de medidas.
Conoce cómo se está trabajando en estos cinco países:
1.
México
Después de tres años, la probabilidad de que una persona deje de beber refrescos aumentó en 4.7 puntos porcentuales. La probabilidad de que tomaran solo una bebida por semana creció 8.3 puntos porcentuales.
Se proyecta que el impuesto salvará a 239,000 personas de la obesidad en su primera década.
En un movimiento relacionado, en 2020, los estados mexicanos de Oaxaca y Tabasco se dieron cuenta de que un número mayor de lo esperado de casos de COVID‑19 estaba ocurriendo entre niños, niñas y personas adultas con sobrepeso. En respuesta, los funcionarios prohibieron la venta de comida chatarra y bebidas azucaradas a menores de 18 años no acompañados por adultos.
2.
Reino Unido
La industria de las bebidas redujo el contenido de azúcar en respuesta a un impuesto puesto por el Reino Unido en 2018. Este efecto se conoce como "reformulación". Un año después, en promedio, las personas consumían una bebida azucarada de 250 ml menos por semana, reemplazándola por una con sustituto sin azúcar. Después de cuatro años, el azúcar consumida en bebidas gravadas se redujo en un 35%.
Las bebidas azucaradas como los refrescos o gaseosas, los jugos y las bebidas energéticas y deportivas han sido identificadas como uno de los principales impulsores de la epidemia de obesidad y la ola de enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardíacas. Y esta carga de enfermedades está creciendo. Para 2030, se prevé que 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 7 hombres vivirán con obesidad. Eso es más de mil millones de personas en todo el mundo.
Para prevenir la obesidad, las personas adultas y la infancia deben reducir el consumo de azúcar a unas 12 cucharaditas de azúcar de mesa al día, para adultos, dice la Organización Mundial de la Salud. Si se reduce a 6 cucharaditas de azúcar de mesa (personas adultas) producirá mayores beneficios para la salud, agrega.
La diabetes tipo 2 representa alrededor del 90% de todos los casos de diabetes y vivir con diabetes pone a las personas en mayor riesgo frente a otras 57 enfermedades.
3.
Sudáfrica
En 2018 se introdujo un impuesto del 10% sobre las bebidas azucaradas. Un año después, los hogares urbanos compraban un 29% menos de bebidas azucaradas y consumían un 51% menos de azúcar. Los hogares más pobres compraban un 32% menos de bebidas y consumían un 57% menos de azúcar.
4.
Las Bahamas
Con un 75%, el impuesto que grava los refrescos azucarados, las golosinas, el azúcar pura y los productos de cacao en las Bahamas es el más alto del mundo. En sus primeros 14 meses recaudó US$5,402,000 en ingresos, que se han utilizado para financiar iniciativas de salud y bienestar.
5.
Barbados
Las naciones del Caribe introdujeron un impuesto del 10% en 2015 y lo duplicaron en abril de 2022. El cambio apunta a duplicar la reducción del 4% en el consumo de bebidas azucaradas y el aumento del 7,5% en el consumo de agua.
Según Maisha Hutton, directora ejecutiva de la Coalición Caribe Saludable, la sociedad civil lideró el aumento de la tasa impositiva durante la pandemia de COVID‑19. “Las campañas multifacéticas a nivel nacional han utilizado la pandemia de manera efectiva para resaltar la crisis de obesidad y ENT y la necesidad de políticas, lo que resultó en la comprensión pública y el apetito por la acción,” dijo Hutton a la Alianza de ENT.
Los formuladores de políticas en el Caribe han tomado nota de la abrumadora evidencia positiva de los impuestos, tanto para la salud como para la economía, ya que tanto Antigua y Barbuda como Saint Kitts y Nevis se han comprometido a gravar las bebidas azucaradas en 2022.
A nivel mundial, un aumento del 25% en el precio de las bebidas azucaradas reduciría su consumo en un tercio, según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
¿TU PAÍS YA TIENE UN IMPUESTO A LAS BEBIDAS AZUCARADAS?
