Las enfermedades no transmisibles (ENT) como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas representan alrededor del 74% de todas las muertes en todo el mundo.

Cada año, en septiembre, la Alianza de ENT organiza la Semana Mundial de Acción sobre las ENT, destacando el tema persistente de la inequidad en el acceso a los servicios esenciales para la atención del cáncer y los desafíos que enfrentan los gobiernos, las organizaciones y las personas para reducir las muertes a causa de las ENT.

La prevención debe ser un área clave de enfoque, se estima que el 80% de las ENT pueden prevenirse o retrasarse hasta la vejez actuando sobre los factores de riesgo que contribuyen a su desarrollo y promoviendo entornos más favorables para una vida saludable. Entre 30% y 50% de todos los cánceres, por ejemplo, son causados por el consumo de tabaco, de alimentos no saludables y por la inactividad física.

Vacunación para reducir la incidencia de cáncer

Cuando se trata de enfermedades infecciosas, la prevención es bastante simple: si un porcentaje suficiente de la población puede vacunarse contra un virus, la enfermedad infecciosa que transmite puede reducirse sustancialmente y, en algunos casos, hasta eliminarse.

Sin embargo, la relación causa-efecto es mucho menos clara con las ENT. En general, hay múltiples factores de riesgo involucrados y enfermedades como el cáncer, la diabetes y las cardiopatías se desarrollan durante un largo período de tiempo (con la excepción de los cánceres infantiles, que son excepcionalmente difíciles de asociar con un factor de riesgo). Por lo tanto, la correlación entre las campañas de prevención y los resultados no siempre es tan sencilla.

El cáncer cervical es otra excepción, ya que la gran mayoría de estos cánceres son causados por el virus del papiloma humano (VPH), una infección común de transmisión sexual que puede ser transmitida tanto por hombres como por mujeres, y para la cual existe una vacuna.

El cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más diagnosticado entre las mujeres después del cáncer de mama, el colorrectal y de pulmón. Afecta a más de 600,000 mujeres en todo el mundo cada año y es responsable de más de 340.000 muertes.

En 2020, la Organización Mundial de la Salud lanzó una Estrategia mundial para eliminar el cáncer cervical, con la meta de vacunar al 90% de todas las niñas de 9 a 15 años contra el VPH. Es importante destacar que en 2022 se identificó que la vacunación para VPH de dosis única tenía el mismo nivel de protección contra el VPH que el enfoque de dos dosis adoptado en años anteriores, lo que aumentó la aceptación y redujo los costos.

El VPH también es responsable de aproximadamente el 90% de los cánceres anales, el 70% de los cánceres vaginales y vulvares, el 60% de los cánceres de pene y un número creciente de cánceres de orofaringe (parte posterior de la garganta), anteriormente atribuidos principalmente al consumo de tabaco. Por lo tanto, la vacunación generalizada, incluso de los niños, debería ayudar en última instancia a reducir la carga de estos cánceres también.

Diagnóstico precoz para un tratamiento más exitoso

El testeo rutinario de cánceres comunes como el cervical, el colorrectal y el de mama también es un medio eficaz para reducir significativamente, si no la incidencia, al menos la mortalidad de la enfermedad porque estos cánceres se pueden detectar tempranamente y, por lo tanto, es más probable que se traten con éxito.

La estrategia mundial de la OMS para eliminar el cáncer de cuello uterino consiste en examinar al 70% de todas las mujeres mediante un test de alta efectividad a los 35 años y de nuevo a los 45 años.

Sin embargo, este test aún no es ampliamente accesible o asequible en los países de ingresos bajos y medios, donde sucede el 90% de todas las muertes relacionadas con el cáncer cervical.

El proyecto SUCCESS (Ampliación de la eliminación del cáncer cervicouterino con estrategia de prevención secundaria, por sus siglas en inglés), financiado por Unitaid, liderado por Expertise France e implementado en asociación con Jhpiego y la UICC, ha estado trabajando durante varios años para desarrollar modelos de detección escalables para el cáncer de cuello uterino en cuatro países de bajos ingresos: Burkina Faso, Costa de Marfil, Guatemala y Filipinas.

Casi 56,000 mujeres han sido examinadas, 42,000 de ellas con pruebas de detección primaria del VPH. En combinación con otro proyecto financiado por Unitaid, la Iniciativa Clinton de acceso a la salud (CHAI), que se está implementando en otros 10 países de ingresos bajos y medios, más de un millón de mujeres han logrado ser examinadas con éxito para detectar el cáncer cervical en los 14 países. Más de 80% de las personas identificadas con precáncer cervical han recibido tratamiento.

Con el desarrollo de la vacuna contra el VPH, los métodos de detección de alta efectividad para el cáncer de cuello uterino y la capacidad de tratar lesiones precancerosas y cáncer de cuello uterino en etapa temprana, ahora tenemos los medios para eliminar un cáncer por primera vez (lograr menos de 4 casos por cada 100,000 mujeres al año) y garantizar que, dentro de una o dos generaciones, las mujeres no mueran de esta enfermedad prevenible.

Invertir en la prevención y detección temprana de las ENT

Tal vez aplicando un enfoque similar y con innovación constante en la detección, el diagnóstico y el tratamiento, podamos reducir significativamente la incidencia y la mortalidad de otros cánceres, así como para la diabetes y las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

Para lograr esta visión es necesario integrar los servicios esenciales en paquetes nacionales de prestaciones de salud que sean accesibles y estén disponibles para todas las personas. La excelente atención del cáncer cuesta dinero, pero tiene un alto impacto, como lo demuestran los estudios sobre la financiación de la eliminación del cáncer cervical, así como sobre la mejora de la detección, el tratamiento y la calidad de la atención a nivel mundial. Esta cuestión se planteará en la segunda Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Cobertura Sanitaria Universal (CSU) el 21 de septiembre.

Solo incorporando los servicios para el cáncer en la cobertura sanitaria integral podrán los gobiernos reducir eficazmente la carga de cáncer de manera equitativa en todas las poblaciones, y cumplir con su responsabilidad ética de priorizar el acceso universal a la atención médica.

Se espera que la eliminación del cáncer de cuello uterino como una enfermedad potencialmente mortal para las mujeres de todo el mundo inspire a los gobiernos a considerar de qué otra manera pueden abordar la carga mundial de ENT en las generaciones futuras.

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Dr Cary Adams, UICC CEO

Cary Adams

El Dr. Cary Adams, CEO de la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC), nació en Londres, tiene una licenciatura con honores en Economía, Computación y Estadística, una maestría (con distinción) en Administración de Empresas. Es ex alumno de la Escuela de Negocios de Harvard y ha obtenido dos doctorados honorarios en Relaciones Internacionales y Salud. En 2009, Cary hizo un cambio de carrera, pasando de la gestión de negocios internacionales en el sector bancario a convertirse en CEO de la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC), con sede en Ginebra. La UICC es la mayor ONG internacional contra el cáncer de su tipo, con más de 1,100 organizaciones miembros representadas en más de 170 países y territorios.