A medida que nos acercamos a la Asamblea General de la ONU de 2025 y avanzan las discusiones sobre las ENT, reconocemos que unirnos para resolver problemas comunes relacionados con las ENT es una estrategia más poderosa que incidir por enfermedades individuales como si fueran temas independientes. Al considerar los aspectos comunes entre las ENT, el más importante es el fortalecimiento y la resiliencia de los sistemas de salud. Uno de los vehículos principales para lograrlo es un personal clínico educado, comprometido y empoderado que pueda liderar, junto con la comunidad de personas que viven con ENT, la incidencia por políticas para prevenir y tratar las ENT. El Colegio Americano de Cardiología (ACC) ha buscado educar y empoderar este liderazgo a través de la Academia de ENT.
El primer objetivo fue desmantelar las separaciones en silos en las capacitaciones clínicas.
Hace cinco años, en el ACC, con el generoso financiamiento de Viatris y el apoyo de la Federación Mundial del Corazón y la Alianza de ENT, lanzamos la Academia de ENT. El objetivo original era proporcionar a la fuerza de trabajo de la salud de primera línea —médicos de atención primaria, enfermeras y trabajadores de salud comunitarios— acceso a capacitaciones que abarcaran las ENT más prevalentes, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes, las enfermedades mentales y las enfermedades respiratorias crónicas. El contenido, disponible de forma gratuita bajo demanda, fue desarrollado en colaboración con otras sociedades profesionales líderes y se basó en las mejores prácticas clínicas. Esta iniciativa tenía como objetivo desmantelar los silos tanto en la educación clínica como en la salud mundial al proporcionar recursos que cubrieran múltiples enfermedades y condiciones, representando el primer paso para ofrecer un conjunto más completo de herramientas a la primera línea para tratar las ENT en las comunidades de todo el mundo.
Reconociendo la importancia de la atención centrada en la persona, buscamos un enfoque clínico más holístico y desarrollamos contenido para lograr este objetivo.
El programa ha evolucionado gradualmente para priorizar al individuo en el centro de la atención. Este cambio se refleja en el marco educativo mejorado que conecta enfermedades transmisibles y no transmisibles (ENT). Un ejemplo notable es el lanzamiento de módulos integrales, como "Conceptos fundamentales en la integración de la atención", que se centra en la integración de la atención entre enfermedades transmisibles y ENT, y VIH y atención de por vida, que destaca la importancia de la atención continua para los pacientes con VIH/SIDA y explora la interrelación entre el VIH/SIDA y las ENT. Estos y futuros módulos sobre enfermedades prevenibles con vacunas y adherencia a los medicamentos subrayan el compromiso del programa con la gestión de la salud a lo largo de todo el ciclo de la vida.
Reconocemos que la atención integral individualizada, la equidad en salud y la incidencia están estrechamente interconectadas.
Es importante destacar que el programa ha reconocido que la educación clínica tradicional no era suficiente para desarrollar líderes capaces de incidir por cambios a nivel local, regional y nacional. Con esto en mente, generamos contenido adicional sobre la equidad en salud y la incidencia, para equipar a las y los estudiantes con herramientas y estrategias para impulsar el cambio dentro de sus comunidades. Estos dos cursos resaltan cómo la incidencia es esencial para fomentar discusiones, tomar medidas e impulsar el cambio tanto a nivel local como mundial. Abordar los determinantes sociales de la salud, como el racismo, la pobreza y el acceso desigual a la atención médica, es crucial para reducir las desigualdades en salud y fomentar una mayor conciencia comunitaria. Al movilizar a la comunidad y aprovechando el rol único de las y los profesionales de la salud, se pueden elaborar de manera colaborativa metas y estrategias para un trabajo de incidencia eficaz que aborde las necesidades tanto de las poblaciones como de los proveedores y los sistemas de salud que las atienden.
Finalmente, es esencial reconocer los roles cruciales de la fuerza laboral de la salud comunitaria y los grupos de apoyo entre pares en la promoción de la salud, la prevención y los cuidados paliativos. Este enfoque no solo elimina barreras, sino que también garantiza una mejor gestión, seguimiento de los resultados de las y los pacientes y la toma de decisiones informada en todos los niveles de las redes de referencia. Además, un liderazgo eficaz es vital para involucrar a las comunidades y fomentar relaciones sólidas entre las partes interesadas y quienes son responsables de la toma de decisiones para mejorar la efectividad general del sistema de salud.
En el camino hacia 2025, alentamos a las y los activista de la salud mundial a buscar sinergias mediante el fortalecimiento de los sistemas de salud con otras partes fuera de su esfera habitual. Tenemos muchos objetivos compartidos y seremos más fuertes si podemos trabajar hacia ellos con un enfoque unificado.