ESTE BLOG DE MOVENDI INTERNATIONAL FORMA PARTE DE NUESTRA SERIE DE AUTORES MIEMBROS SOBRE LA INVERSIÓN EN ENT.

Todas las personas queremos llevar una vida sana. Queremos que nuestras familias y comunidades estén sanas y sean prósperas. Pero las enfermedades no transmisibles (ENT) y sus factores de riesgo están acortando cada vez más la vida de las personas y reduciendo la calidad de vida de miles de millones de personas. Las ENT y los factores de riesgo, como el alcohol son impulsados por empresas multinacionales que obtienen beneficios excesivos de productos básicos perjudiciales para la salud. Regular estas industrias, como la gran industria del alcohol, significa proteger a las personas del cáncer, las enfermedades cardíacas, la mala salud mental y otras ENT. Y los gobiernos disponen de poderosas herramientas para prevenir y reducir los daños por el alcohol y generar recursos para la prevención y el control de las ENT.

La pandemia de coronavirus mostró cuánto valoran las personas su salud y cuánto necesitamos sistemas de salud que funcionen mejor y sean más resilientes. La pandemia también puso de relieve la pesada carga que los daños producidos por el alcohol imponen a los sistemas de salud.

 

EL ALCOHOL: UNA CARGA PESADA PERO DESCUIDADA

En promedio, el alcohol contribuye al 20% de las lesiones y al 11,5% de todas las llegadas al departamento de emergencias sin lesiones. Los países que declararon el alcohol como "esencial" vieron un mayor número de otras enfermedades y lesiones relacionadas con el alcohol y una carga cada vez mayor para el sistema de salud. Pero los países que implementaron soluciones de políticas comprobadas sobre el alcohol vieron reducciones específicas en las admisiones en salas de emergencia y los hospitales, más allá de los efectos de los confinamientos.

Esta es una lección importante de la pandemia: invertir en la prevención de las ENT mediante el abordaje de factores de riesgo, como el consumo de alcohol, protege la salud de las personas, alivia la carga del sistema de salud y libera recursos para responder a las emergencias sanitarias. Sin embargo, los países no han hecho un buen trabajo al traducir la evidencia en acciones. Solo unos pocos países están implementando la política de mejores inversiones respecto al alcohol de manera integral. La mayoría de los países, especialmente los países de ingresos bajos y medianos (PIMB), NO han implementado un conjunto integral de políticas sobre el alcohol. Por ejemplo, ningún país de bajos ingresos ha informado de un aumento de los recursos para implementar soluciones de política sobre alcohol en la última década.

Esta inacción constante respecto a las políticas sobre el alcohol tiene un alto precio. Un panorama mundial reciente mostró que los costos económicos del daño causado por el alcohol ascienden a más de $1300 por adulto, o el 2,6% del PIB. Alrededor de un tercio de los costos (38,8%) fueron a gastos directos, mientras que la mayoría de los costos se debieron a pérdidas de productividad (61,2%). Desarrollamos un artículo especial sobre el daño económico debido a los productos y prácticas de la industria del alcohol en los países de la OCDE, así como en países de ingresos bajos y medios, como Sri Lanka e India.

 

UNA SOLUCIÓN DE TRIPLE GANANCIA

Pero hay una poderosa solución disponible. "Poderosa" es en realidad un eufemismo para describir el potencial de esta solución de política de alcohol. La triple ganancia es más adecuada: los impuestos sobre el alcohol ayudan a prevenir y reducir los daños causados por el alcohol; ayuda a que las comunidades y sociedades sean más saludables; y produce ganancias sustanciales para los gobiernos de los ingresos que se generan, de los costos que se ahorran y de las ganancias en productividad.

Las tres mejores inversiones (best buys) para una política sobre el alcohol son el segundo mejor conjunto de opciones entre las 16 mejores inversiones para las ENT, con respecto al retorno de la inversión. Invertir US$1 en la implementación de las tres políticas sobre el alcohol genera un retorno de la inversión de más de US$8, según un análisis de la OMS.

Es por eso que Movendi International ha lanzado una iniciativa especial para asociarse con los gobiernos, la sociedad civil y el sistema de la ONU para promover los impuestos especiales sobre el alcohol centrados en la salud pública. Lo llamamos el Centro Internacional para las políticas sobre alcohol (CAPS).

El primer país con el que estamos trabajando es Sri Lanka y vendrán más. Dado que se proyecta que el consumo de alcohol aumente en los países de ingresos bajos y medianos, debido a las estrategias agresivas de la industria del alcohol en estos países, los costos debidos a los daños aumentarán y la carga de enfermedades causadas por el alcohol, como el cáncer, las enfermedades cardíacas, las enfermedades hepáticas y la adicción, y otras condiciones de salud mental también aumentarán.

 

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En el ejemplo de los impuestos sobre el alcohol, vemos claramente el potencial de invertir en las mejores inversiones para las ENT y los beneficios para las personas, las comunidades, los sistemas de salud, la movilización de recursos nacionales e incluso el desarrollo sostenible nacional en general. Países como Filipinas y Tailandia pueden permitirse programas de cobertura universal de salud y esfuerzos de incidencia en favor de la salud de clase mundial, gracias a los impuestos sobre el alcohol y el tabaco. Y el potencial de los países africanos para utilizar los impuestos sobre el alcohol para la prevención de enfermedades, la promoción de la salud y la facilitación del desarrollo es aún mayor.

Invertir en impuestos sobre el alcohol significa desbloquear el potencial de las personas y las comunidades y generar recursos muy necesarios para lograr la salud y el desarrollo para todas las personas.

 

Acerca del autor

Maik Dünnbier es el director de Estrategia e Incidencia de Movendi International. Tiene formación académica en ciencias políticas, filosofía e historia de las ideas, así como en desarrollo global por la Universidad de Dresden, en Alemania, y la Universidad de Estocolmo, en Suecia. Maik dirige el trabajo de incidencia de Movendi International a nivel mundial y regional, incluido el compromiso con el sistema de las Naciones Unidas. Maik desarrolla el enfoque estratégico para promover soluciones integrales de políticas sobre el alcohol para ayudar a los países a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.